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“¡DIOS
NO MUERE!” GRITO POSTRERO DE DOS MÁRTIRES
Medio
siglo antes del martirio de Anacleto González Flores,
a causa de la persecución religiosa desatada en México
por el masón grado 33 y Presidente de la República,
Plutarco Elías Calles; en la pequeña Republica
del Ecuador localizada al sur del Continente Americano, fue
asesinado por órdenes de la masonería, y precisamente
a causa de su catolicismo, Gabriel García Moreno, Presidente
de aquella Nación.
No obstante
que las vidas de García y Moreno y de González
Flores se desarrollaron en muy distintas épocas y países,
tienen varias similitudes de importancia:
Tanto
uno como otro nacieron de familias católicas, estuvieron
en el seminario y salieron de ahí para estudiar y posteriormente
titularse como licenciados en Derecho.
Gabriel
García Moreno por su parte sobresale en el estudio
de las ciencias exactas y empieza muy joven a intervenir en
la política de su país, labor en la cual demostró
excelentes dotes como polemista y periodista. Del 18 de marzo
hasta el 9 de julio de 1846 publicó El Zurriago, desde
el cual anunció que pretendía “castigar
a tanto falso patriota, a tanto liberal perverso, a tanto
diputado sin honor... y a tanto pícaro embustero”;
poco después fundó El Vengador; posteriormente
La Nación en el cual “... criticaba con severidad
los actos del gobierno que representaba, a juicio de La Nación,
el retroceso, la inmoralidad y la indignidad patria”.;
por último fundó el periódico La Unión
Nacional en abril de 1857.
De Anacleto
sabemos que su única incursión en la política
partidista fue en 1912, como promotor del naciente Partido
Católico Nacional; de ahí en adelante se destacó
esencialmente como líder del catolicismo social, campo
en donde, al igual que García Moreno, se distinguió
como un gran orador y periodista. Celoso defensor de los obreros
funda un órgano de difusión al cual llamó
El Obrero; del 10 de junio e 1917 al 18 de Mayo de 1919 dirigió
La Palabra, semanario creado por él para combatir al
gobierno revolucionario de Manuel M. Diéguez; además
fue colaborador en varios periódicos a nivel nacional,
así como miembro de la mesa directiva y colaborador
del periódico católico La Época; por
último fundó Gladium órgano de difusión
de la Unión Popular, asociación también
fundada y dirigida por él.
Quien
nos proporciona la ocasión para hablar aquí
del Presidente Mártir de Ecuador, es el mismo Anacleto,
pues aquél viernes primero de abril de 1927, cuando
fue martirizado y muerto junto con los hermanos Jorge y Ramón
Vargas González y con Luis Padilla Gómez, el
“maistro Cleto” recordando al prócer ecuatoriano
pronunció las siguientes palabras:
“Escuchen
por segunda vez este grito las Américas: ¡Yo
muero pero Dios no muere, Viva Cristo Rey¡”
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