| Introducción 
  Anacleto González Flores y la  UAG Por  el Lic.   Ismael Flores Hernández. Director del Centro de Estudios Cristeros
 La lucha emprendida por el maestro Anacleto González  Flores contra la revolución (1914-27) y la que ocho años despues libraron los  estudiantes católicos de Guadalajara, conocida hoy como la gesta gloriosa del 3  de marzo del 35, tienen una raíz común: La defensa  de la libertad de conciencia. Cuando en el 26 y después en el 35,  gobernantes prepotentes emanados de la revolución   intentaron, con bases legaloides, acabar con  la fe del pueblo, surgieron en la capital del país y en la de Jalisco, lideres  católicos que hicieron sentir a los tiranos la existencia de muchos hombres  dispuestos a defender sus creencias hasta el derramamiento de su sangre si  fuese necesario.En la Cristiada, una pléyade   incontable de hombres, mujeres y niños llegaron al sacrificio supremo,  el ejemplo mas preclaro de aquella gesta gloriosa fue el del Santo patrono de  la UAG, el hoy Beato Anacleto Gonzalez Flores, llamado El maestro, quien  confirmó con su muerte lo que enseñó durante toda su vida que ¡Dios no muere!
 Después  de los “arreglos” de 1929, en México reinó una aparente calma, pero los vientos  de la pasión encendieron las ascuas todavía humeantes de la persecución  anticatólica; así lo manifestó el déspota: “La revolución no ha terminado...  debemos apoderarnos de la conciencia de la niñez, de las conciencias de la  juventud porque son y deben pertenecer a la revolución” (julio de 1934). Fue  el grito de Calles en Guadalajara, un tirano moribundo sediento de venganza;  pero en la juventud también humeaban las ascuas de las enseñanzas ardientes del  maestro Anacleto; aquel forjador de conciencias ya gozaba de la paz eterna, no  así los jóvenes que en la Asociación Católica de la Juventud Mexicana (ACJM)  habían bebido a raudales las enseñanzas del “hermano mayor”, como le gustaba  llamarse a sí mismo.
 La  reforma del Artículo tercero Constitucional y con ello la implantación de la  enseñanza de la doctrina socialista en la Universidad era casi un hecho, con  anterioridad la Federación de Estudiantes de Jalisco, liderada por el Lic.  Carlos Cuesta Gallardo, imitando al maestro González Flores, ya había  rechazando virilmente la imposición de una enseñanza completamente opuesta a la  creencia tres veces secular de los mexicanos. Cuesta Gallardo hablando por  todos los estudiantes católicos de Guadalajara público el siguiente desplegado:
 “No  aceptamos de ninguna manera la reforma socialista, como tampoco aceptamos  ninguna que pretenda hacerse con tal carácter de imposición”.Consideremos  que debe defenderse la libertad de enseñanza... Si contra toda lealtad y  justicia se impone la repetida  reforma,  lucharemos por cuantos medios estén a nuestro alcance para sostener una  preciada libertad”. (El Informador  14/VII/1934).
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