Documentos
Cartas
de despedida escritas antes de morir por Juan Manuel Bonilla
Manzano, Presidente del grupo de Tlalpan de la A.C.J.M. fusilado
en el camino a Toluca.
Estado
de México, 15 de abril de 1927.
Juan Manuel Bonilla Manzano. |
Sr. Diego
Linares,
Para
mi Danuelocho:
Querido
hermano:
Oye,
ten en cuenta los últimos consejos de tu
hermano, acuerdáte que son dictados desde
el fondo de mi corazón y en los postreros
momentos de mi existencia; Dios acepta mi sangre
y la toma, yo con gusto se la doy.
Hoy
es Viernes Santo, día de recuerdos tristes,
hoy me han hecho prisionero, y tal vez me fusilen,
pide y reza por mí.
Cuida
a mamá me voy, más tu te quedas,
no la hagas sufrir, procura hacerle menos pesado
mi recuerdo, porque me temo que la pobrecita sucumba
con este golpe; sé muy trabajador, respeta
a tus Superiores; procura tener pocos amigos y
escoge aquellos que te guíen por el buen
camino; no des el primer paso en la senda del
vicio, pues te hundirás en él hasta
el cuello, procura ilustrar tu mente, recoge todos
mis libros, son tuyos, bebe en ellos el agua del
saber, forma tu corazón en la rectitud,
que jamás se acuerde tu conciencia de manchas
ni faltas; no hagas solo lo que te avergonzaría
hacer delante de los demás; procura no
hacer jamás alarde de ti delante de los
demás; procura ser modesto y consecuente
con los demás; modela tu corazón
al calor de los Sacramentos; jamás de los
jamases des media vuelta ante las dificultades
que se presenten para la consecución de
tus ideales, fórmalos—fuertes y firmes.
Te recomiendo
a Tachín, sabes que no tiene a nadie; edúcale
en la sana moral, sobre todo no le des mal ejemplo.
Vela por Mercedes y por sus hijos, tu sabes que
faltando yo, allí todo es cena de negros.
Nos malgastes con fruslerías tu dinero,
economiza lo más que puedas. Sé
constante hasta que aprendas bien tu oficio. Y
por último mi madre queda a tu cargo, cuídala
y ámala mucho, lo merese, pues ha sufrido
demasiado.
Adiós
para siempre, hermano, nos veremos si Dios quiere
en la otra vida.
Recibe
los recuerdos postreros de tu cariñoso
hermano.
|
|
Sr.
Diego Linares .— Estado de México,
abril, 15 de 1927.
Para
la Mechuda:
Amada
hermana:
Llegó
el momento de despedirme de ti para siempre; amada
hermana, ha querido Dios Nuestro Señor
tomar mi vida y sangre; estoy tranquilo ante el
sacrificio; pero sufro cruelmente al pensar en
ustedes, no sé que será de mi madre,
quizá sucumba ante el dolor; te recomiendo
a Daniel y a Tachín, y sobre todo cuidala
a ella; mi pobre madre sufrirá mucho, que
esos sufrimientos sirvan para conseguir de Dios
la conversión de tantos ciegos que no quieren
ver; la Santísima Virgen tenga en cuenta
estos sacrificios... Quisiera desbordar mi alma
y en torrentes decirte, comunicarte todas mis
penas, pero no puedo, me falta valor...
Dale
un beso a cada uno de los muchachos, y tu recibe
el último adiós y los recuerdos
de tu hermano.
Juan.
Dedicatoria
que puso Manuel en un retrato que dio a su hermana
Mercedes al despedirse de ella para emprender
la lucha para la defensa de la Religión.
|
|
Para
mi hermana Mercedes;
Tlalpan,
D.F. Octubre 15 de 1926.
Mercedes, he ofrecido mi vida a Dios, y luché
por su causa santa, principalmente por los míos;
espero que El acepte mi sacrificio, y en cambio
les dé a ustedes el bienestar del corazón,
y la salvación de sus almas; sería
mi mayor dicha; pues la mezquindad de la vida
es notoria. Guarda este recuerdo como el hermano
malo, que quiso la felicidad de ustedes y que
rogó mucho por la santificación
de sus vidas. MANUEL.
|
|
San
Diego Linares E. de México: abril 15 de
1927.
Sra, Juana Manzano:
Amada
madrecita:
Te digo
adiós por última. Dios así
lo quiere; sé que tu corazón va
a sufrir y a desgarrarse al leer las presentes
líneas; pero qué quieres que se
haga; madre mía, el destino de cada uno
se tiene que cumplir; te abandoné con la
seguridad de volverte a ver para cuidar de tu
vejez, Dios no lo ha querido y me arranca de una
vez de tu regazo; madrecita linda, ya no veré
más, yo no oirás a tu hijo que te
pide de comer y te haga enojar de mentirijillac,
ya no oirás a tu gritón; Dios le
arranca de tu lado para siempre; reza por mí,
amada madrecita, pide por tu pobrecito hijo que
muere pensado en ti.
Te recomiendo a Daniel, dile que sea bueno y trabajador;
al probrecito de Tachín edúcale
en una sana moral y que se acuerde de su tío;
cuida de Meche y sus muchachos; Dios no quiso
la dicha protejerles algún día;
a ti, madre mía, que puedo decirte? Solo
que te amo, y el pensamiento de abandonarte, dejándote
sin recursos es lo que me desgarra el alma; muero
tranquilo eso sí; Dios Nuestro Señor
me está dando fortaleza; no llores, madrecita,
reza nada más y confórmate; te queda
un hijo más bueno que el que se va. Adiós,
en la otra nos uniremos para no separarnos jamás
y ofrece el sacrificio de tus lágrimas
por la conversión de tantos hermanos nuestros
que están ciegos y no quieren ver.
Tu hijo
que te ama.
JUAN.
|
|
San
Diego de Linares, Estado de México,
abril 15 de 1927.
Srita.
María de la Luz García.
Tlalpan.
Amada
Lucha:
En los
postreros momentos de mi existencia te escribo
las presentes letras: Ha querido Dios aceptar
el sacrificio de mi vida; mi sangre se derramará
hasta la última gota por confesar de quien
es el Criador de todo lo existente; que el recuerdo
mío jamás se borre de tu mente,
amada mía; son las últimas letras,
mi lucha, que te escribo; no sé qué
decirte; quisiera escribirte mucho pero el estado
de ánimo en que se encuentra mi alma no
me lo permite; tu y yo pensamos ser felices algún
día, pero es que Dios no ha querido y nos
separa, pero es una separación temporal;
ten en cuenta, mi Lucha, que si mi amor lo conservas
toda tu vida, en la otra nos uniremos eternamente.
Adiós
para siempre, mi Lucha, no sé qué
decirte... Sufro porque te abandono, sufro porque
creo que tu sufrirás; estoy tranquilo;
ante la muerte no me espanto, solo que sufro por
que no sé que será de mi amada madre
y de mis hermanos; les abandono y no sé
quién les dará el pan, me voy se
quedan solos; sufro por esto no porque le tema
a la muerte; me cogieron prisionero y dentro de
unas cuantas horas me fusilarán, no hay
poder humano que me salve, estoy en manos de Dios
Nuestro Señor, Él sabrá lo
que decide de mi vida, solo un milagro me puede
salvar.
Te doy
el adiós postrero, Lucha de mi alma; confórmate
porque así Dios lo ha querido; saluda por
último a tus papás y a tus hermanas,
y tu, Lucha, recibe el recuerdo de un corazón
que te ama hasta la muerte y te seguirá
amando en la eternidad.
Tu JUAN.
Saluda
a mi tío de mi parte y dile adiós
por último en mi nombre a Lelis le escribiré
y le dices lo mismo.
|
|
(Transcripción
de las cartas escritas por Juan Manuel Bonilla (acejotamero)
antes de morir el VIERNES SANTO 15 de abril de 1927 a las
3 de la tarde precisamente).
A.M.D.G.
Se respetó
el estilo original de las cartas mecanografiadas, las cuales
están en el archivo del Centro de Estudios Cristeros.
|